Hace justo una semana, a las 10:30 de un 20 de abril de 2020, en plena crisis del Coronavirus, algo pasó en la Universidad de Granada. En mitad de la celebración de exámenes virtuales, tras poco más de un mes en el que hubo que acometer una transformación forzosa desde una «universidad eminentemente presencial», en palabras de su rectora Pilar Aranda, «a una universidad necesariamente virtual», la infraestructura digital de la Universidad se cayó: PRADO, la plataforma de recursos de apoyo docente, así como los servidores de correo electrónico, tuvieron una caída que duró en torno a unas dos horas, en las que los estudiantes tuvieron serias dificultades para finalizar sus evaluaciones con normalidad. Y, de repente, todo explotó en Twitter. Los nervios, el desánimo y la insatisfacción surgieron con virulencia a través del hashtag #vergUGRenza, creado por la conocida cuenta @uGRenfurecida_, como cuenta Andrea G. Parra en Ideal Granada. Este hashtag consigió situarse como tendencia en Twitter en apenas unas horas.

Con datos disponibles desde las 12:46, el punto álgido de la efervescencia tuitera se produjo el mismo lunes 20 de abril, concretamente en torno a las 14:21, con 478 tuits, 257 retuits y 12.627 likes de promedio. Hubo otro punto álgido más al día siguiente, el martes 21 de abril a las 9:44, con 86 tuits, 95 retuits y 15.570 likes de promedio. Poco a poco, los ánimos se iban calmando, pero la tormenta ya se había desatado. Las quejas de los estudiantes por lo que consideraban una dejación por parte de la Universidad habían hecho el ruido suficiente y los medios, locales y nacionales, se hacían eco del clamor virtual, dejando en entredicho el sistema de docencia virtual y poniendo sobre el tapete las protestas del estudiantado de la Universidad, para los que la caída del servidor informático no era más que la gota que colmaba el vaso.
A través del humor, memes, imágenes y vídeos, los tuits más retuiteados hacían sorna, pero con una fuerte carga crítica, del sistema online de la Universidad de Granada.
En los tuits se mezclaban críticas a algunos profesores, a la rectora, a las desiguales situaciones del estudiantado. La plataforma impulsora del hashtag, Unión Granada Enfurecida, reconocía en declaraciones a Granada Hoy que era un hashtag preparado semanas atrás por las repetidas quejas de algunos estudiantes, pero que la caída de los servidores precipitaron su lanzamiento, como toque de atención sobre algunas demandas estudiantiles: que había buenas palaras para con los estudiantes, pero solo eso; que la Universidad debería haber sido más firme con los profesores y no recomendar, sino obligar; y que, en definitiva, había demasiados profesores que no habían adaptado sus respectivas asignaturas a la docencia y evaluación online. Alguno de los tuits más retuitados criticaba duramente las condiciones de uno de los exámenes que se estaban realizando como muestra de esa falta de adaptación a la docencia online.

Mucha de la actividad principal se centró en retuits de contenido relativo a la etiqueta: de los 89.576 registros recogidos, 13.789 (15,4%) eran tuits originales, 1.401 (1,6%), citas de tuits y 74.386 (el restante 83%), retuits de esos tuits. La mayoría de ellos situados en Granada, según los perfiles de los tuiteros participantes (aunque la localización geográfica es voluntaria y no muy usada, por lo que no es una variable a tener demasiado en cuenta). Y, es curioso, el hashtag #vergUGRenza como hashtag único se usaba en el 90% de las veces, pero en el otro 10% se usaba en combinación con otros hashtags usados en días anteriores para quejarse de otras Universidades, como las de Sevilla (QuemadUS), Valladolid (laUVaNORESPONDE) o Cádiz (UCAca) o, el colmo, con las etiquetas políticas SanchezVeteYA o IglesiasVeteYA.

Es significativo también que un buen número de las cuentas participantes en el hashtag hayan sido cuentas recientemente creadas en este mismo mes. No estoy diciendo que sean cuentas creadas ex profeso, pero si la media mensual de nuevas cuentas estaba en los meses anteriores en unas 200, en marzo y abril esta media se dispara a más de 500 (alcanzando un pico el 13 de abril con 716 nuevas cuentas que han participado en el hashtag). Desde la aparición de la COVID-19, la incertidumbre y la necesidad de información ha acercado la red social a nuevos usuarios. Por eso, el mismo 20 de abril, con la explosión del hashtag, 277 nuevas cuentas se crearon y, éstas sí, probablemente con la intención de participar en la crítica generalizada a la Universidad.
Con los datos recabados, pude construir también un grafo social compuesto por 8.384 nodos (usuarios participantes) y 17.989 aristas (interacciones entre ellos, en este caso, retuits). En él es visible la centralidad de la cuenta que lanzó el hashtag, uGRenfurecida, así como los usuarios con mayor visibilidad, principalmente por su impacto en número de retuits (y por ello tienen los mayores valores en centralidad Eigenvector): alwayswell_, rocio_olivr_01, _emejota_, daavidlpez_, Beaisnotdead o SaseAmaro.

Un análisis más detallado debería comprender el texto de los tuits para conocer en profundidad el catálogo de quejas del estudiantado, así como el apoyo e incidencia de dichas quejas en el resto de alumnos. Por limitaciones de tiempo no he podido acometerlo, pero me quedan claras varias cosas:
- El estudiantado llevaba tiempo rumiando estas quejas y la caída del servidor fue el detonante de una problemática que estaba soterrada.
- La visibilidad de estas erupciones tuiteras sobrerrepresenta el fenómeno real. Estas quejas existen, pero probablemente no estén tan generalizadas como una panorámica al timeline del hashtag pueda parecer.
- Otra conclusión que puede extraerse es que el estudiantado no se ha sentido escuchado, pero lo cierto es que las dificultades a las que se ha enfrentado la Universidad de Granada son inéditas y el esfuerzo que todo su personal está haciendo no puede quedar ocultado tras esta cortina negativa. Son más los docentes que tratan de adaptar la docencia a las nuevas cirscunstancias que los que parchean de cualquier forma el mal trago, lo que no quiere decir que no existan o afecte a muchos estudiantes.
- Las medidas que ha tomado la Universidad son elogiables, pero no suficientes, queda mucho por hacer. Pero, repito, las circunstancias son excepcionales. Actúe como actúe la Universidad, no dejará indiferente ni satisfecho completamente a nadie.
- No voy a afirmar, como el compañero Javier Rodríguez, que todo este desaguisado se basa en mentiras. Puede haber intereses económicos detrás de algunas cuentas, pero los que retuitean y amplifican esta señal sienten ese malestar como suyo, y este malestar existe. Vamos a trabajar para que estos casos de insatisfacción con el sistema, lejos de dejar de existir, algo utópico, sean la mínima excepción, y la muestra de que siempre hay algo por mejorar.