Sobre comunicación en tiempos de crisis (climáticas)

Las fuertes lluvias y el caos desatado por la última DANA que ha pasado por España ha levantado cierto debate sobre la necesidad en el uso de alarmas para avisar a la población ante las consecuencias de fenómenos de este tipo. Un pitido a modo de alarma en los móviles sorprendía a los madrileños con un aviso para que la población evitara en la medida de lo posible salir a la calle, lo que dio pie a quejas y memes (como en tantas otras ocasiones), así como a desinformación (¡cómo no!), al respecto. Había gente que se quejaba de intromisión a la privacidad, cuando lo cierto es que la alarma pita por cercanía a la fuente, no por número de teléfono.

Ya hubo revuelo cuando en 2022 Interior avisaba de que ponía en marcha el sistema Es-Alert, responsable del famoso pitido y se hacía alguna prueba piloto, lo que provocaba las mismas quejas (y bulos) sobre la privacidad que han surgido ahora. El sistema entraba oficialmente en funcionamiento en febrero de 2023 y ha demostrado su eficacia en esta última catástrofe, por lo que seguramente no será la última vez que oigamos ese pitido.

A raíz del interés suscitado, pidieron mi opinión como profesor del grado de Comunicación en UNIR desde varios medios de comunicación. Dejo aquí esas aportaciones sobre este tema.

Entrevista en SER Rioja

Concha Bezares, de SER Radio Rioja, se puso en contacto conmigo para hacer esta entrevista sobre el tema. Aquí está la pieza y la entrevista completa (también puedes escucharla aquí arriba).

Entrevista para pieza en La Vanguardia

Aquí la pieza de La Vanguardia (publicado el 4 de octubre) sobre cómo gestionar la comunicación en momentos de crisis climáticas. A continuación tenéis el texto con las respuestas completas.

Respuestas completas para la entrevista en La Vanguardia

¿Estamos bien informados sobre los fenómenos meteorológicos extremos en España?

En general, sí. En mi opinión, la información que desde el periodismo se ofrece a la población es bastante completa en general, y cada vez se ofrecen más datos e información más compleja de manera didáctica y divulgativa, aunque hay camino por recorrer en cuestiones como la visualización de incertidumbre. Otra cosa es la labor que hay que hacer de tipo pedagógico para que la gente esté concienciada sobre cómo hay que comportarse y actuar ante fenómenos extremos de este tipo. Ahí habrá que emprender campañas de sensibilización, talleres comunitarios e incluso, en algunas localidades, por qué no, simulacros. No sólo para fenómenos como DANAs, también, por ejemplo, para prepararse ante terremotos en zonas como el sudeste español, ahora que Marruecos ha sufrido uno tan devastador. Una población formada e informada es una población preparada.

¿Tendremos que hacer un cambio importante en nuestros sistemas de comunicación para afrontar mejor estos fenómenos?

Más bien, aprovechar las vías de comunicación ya existentes y preparar a la población antes de que ocurran los fenómenos. La comunicación es importante para proporcionar certezas en momentos de incertidumbre, por eso la población tiene que aprender a confiar en fuentes oficiales de información y sistemas públicos de alerta. Podríamos tomar nota de las experiencias de otros países, como el sistema de alerta temprana ante tsunamis de Japón o el sistema IPAWS (Integrated Public Alert & Warning System) de Estados Unidos, que centraliza los avisos de las autoridades, sean del nivel que sean, y usan todos los medios al alcance: SMS, sirenas, aplicaciones, carteles electrónicos, ondas de radio AM-FM y satelital, alertas inalámbricas… Incluso las labores de los voluntarios comunitarios en Bangladesh es remarcable.

¿Realmente son útiles los protocoles de actuación para evitar tragedias cuando se dan estos fenómenos?

Sí, porque salvan vidas. Estos protocolos, bien implementados, hubieran servido, por ejemplo, para que la población sepa que no es buena idea salir a la calle en momentos críticos como la reciente DANA. Si este tipo de momentos de crisis van a ser cada vez más habituales, tendremos que ir más allá del sentido común y el conocimiento popular. No sólo se trata de hacer pedagogía ante fenómenos climáticos extremos, también hay que ir más allá y explicar por qué ocurren, cómo conecta, por ejemplo, con el cambio climático.

Ha habido críticas al sistema de comunicación del gobierno ante emergencias como la reciente DANA en Madrid. ¿Se debe cambiar la forma de avisar de estos peligros?

Aunque ya se había probado con anterioridad, lo cierto es que esta vez ha causado cierto revuelo y alarma por lo repentino. En mi opinión, habría que ampliar las formas tecnológicas de aviso de emergencias, como las mencionadas anteriormente, y siempre que sea posible muy centradas en lo local, que son las autoridades más cercanas a la ciudadanía. Lo que significa que hay que avisar no sólo de manera tecnológicamente avanzada, sino también con los avisos acústicos de toda la vida: campanadas, sirenas, etc., con un trabajo previo de concienciación y formación, para que entiendan lo que significan dichas alarmas y cómo hay que actuar ante cada una de ellas.

[Actualización 5/10/2023: inclusión de la pieza de La Vanguardia el día después de su publicación.]

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