La última lección de Jordi

Han pasado apenas 36 horas desde que me enteré y aún sigo en shock. Escribo estas palabras quizás como una especie de catarsis, de necesidad de liberar un dolor y una rabia que siento desde entonces, una especie de vacío hondo que me dejó devastado desde entonces: Jordi Alberich, colega de profesión, compañero, profesor, amigo, nos dejaba repentinamente un 6 de febrero, sin tiempo para respirar, sin tiempo para asimilar que la vida es así de real y cruel. Un recuerdo demasiado doloroso, demasiado jodido, de que desconocemos cuándo será nuestro momento y nadie nos prepara para ello. Un memento mori que nadie desea, y que duele demasiado. Ahora, por fin, he podido romper a llorar. Supongo que como un primer momento de aceptación de un hecho que, internamente, sigo sin poder aceptar plenamente. Sin poder aceptar que va a estar ahí como ha estado siempre, respondiendo cualquier llamada, mensaje o correo, siempre dispuesto a ayudar. Y que ahora no va a haber nadie al otro lado. Esa sensación de irrealidad, de pesadilla de la que no voy a despertar, temo que va a acompañarme una larga temporada. Nunca hubiera pensado tener que escribir estas palabras, al menos tan pronto, y duele hacerlo, así que entiendo lo que le habrá costado a su gran amigo y compañero Domingo Sánchez-Mesa escribir su obituario. Pienso también en su familia, Encarni y sus hijos, que deben estar completamente rotos. No hay consuelo para nadie, menos aún para ellos.

Siempre contaba, a quien quisiera escuchar mis batallitas, que Jordi era el profesor cuyas clases más disfrutaba, allá por 2009, por su manera de implicarse con nosotros los alumnos, por cómo nos motivaba, nos forzaba a reflexionar, a ser críticos y curiosos. Era un profesor en el amplio sentido de la palabra: no solo nos enseñaba a apreciar y amar la comunicación audiovisual, nos hacía sentir la vida, pensarla, tratar de entenderla, en definitiva, nos hacía mejores personas. No es de extrañar que tantas promociones de la Facultad lo eligieran como padrino de sus respectivas promociones (también lo fue de la mía, claro).

Por eso, cuando decidí dar un giro a mi tesis y enfocarla a la comunicación desde la sociología, la elección estaba clara: Jordi sería mi director de tesis. No pude haber elegido mejor guía, mentor, acompañante en el camino. Siempre dispuesto a dar el mejor consejo posible, con humildad, enorme sabiduría y comprensión, de una manera tan delicada e inteligente que le hacía saber qué era lo mejor dependiendo de quién le pedía consejo.

Quizás como una extraña coincidencia, una señal del destino, cuatro días antes de que falleciera nos encontramos casualmente en el centro de la ciudad. Llevábamos algunos meses sin vernos físicamente, siempre atareados cada uno con lo nuestro, pero hablábamos con cierta regularidad, normalmente por motivos de trabajo. Mañana miércoles teníamos un evento lúdico, para presentar un libro, que iba a servir de momento de encuentro. Ya no podrá ser. El encuentro fortuito del martes fue nuestra despedida, aunque no lo sabíamos.

Así que esa ha sido, desgraciadamente, su última lección: que hay que vivir la vida de la mejor manera posible, con ilusión, pensando que siempre hay un futuro mejor. Y con entrega hacia los demás, con escucha e implicación, con empatía, con la seguridad de que es ayudándonos mutuamente como nos hacemos mejores: amar al prójimo, ser bueno con los demás como principio vital y humano. Para que, cuando llegue nuestra hora, el recuerdo que permanezca en todo aquel que te ha conocido sea el mejor posible. Jordi era una de esas personas que transformaba para siempre las vidas que tocaba, y han sido muchas a lo largo de estos años. Lograr formar parte de las vidas de aquellos con los que coincidimos en este viaje que es la vida, para siempre, con nuestros consejos, nuestra comprensión, nuestra voluntad, nuestra compañía, nuestra amistad, nuestro amor, es la última lección que me llevo de ti, Jordi. Y disfrutar de cada momento del día como si fuera el último.

Gracias por enseñarme tanto, Jordi. Gracias por el viaje. No te olvidaré, amigo. DEP.

[Actualización 16 marzo 2023: Pequeño vídeo de despedida a Jordi Alberich con motivo del homenaje póstumo realizado el 30 de marzo de 2023 en la Facultad de Comunicación y Documentación.]

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.